BAILAR.

El pasillo brilla a media luz, los rayos solares de invierno se cuelan por las ventanas, Maria y yo estamos bailando, del altavoz sale diferente tipo de música.

_Siempre nos ha gustado bailar , le digo.

 Entonces ella empieza a recordar cuando juntas bailábamos en la salita de casa, empieza a recordar las canciones, los juegos y las risas.

¿Te acuerdas tu?

La música es cuestión de dejarse llevar, cerrar los ojos y bailar, y sudar, hasta caer rendida y completamente agotada, es una forma de liberarse, de perderse, de no pensar, de ser feliz.

Tu hermana se ha inventado el baile del tiranosaurio y el de la gallina, le sale genial, nos reímos tanto que hay que tumbarse al suelo para no hacerse pis encima, nos duele el estomago de tanto reír.

En medio de todas esas risas, en medio del cansancio, aun en medio del sin pensar, estas aquí...

En casa no recuerdo que hubiera tiempo de bailar, yo quiero muchísimo a mi mama y con los años he ganado empatía y he llegado a comprenderla, en su vida cabía poco espacio para la risa y el juego, aun pienso que llegará el día en que podremos sentarnos a contarnos porque, ¿porque jugábamos tan poco?, ¿porque sonreía aun menos?

Cuando yo nací tu abuelita Elsita tenia 43 años, mi padre, tu abuelo, tenia 23, nunca se casaron, nunca nadie se sentó a contarme cosas, de niña muy pequeña, tampoco me importaba, fue hasta los diez años cuando empece a hacerme preguntas, ¿porque todos los niños tienen un padre menos yo?, tu abuelita me contó que mi padre había muerto y así crecí, creyendo que mi padre había muerto, hasta que con mas entendimiento me hice aun mas preguntas.

¿Nunca has oído que es el conocimiento lo que trae las desgracias y las penas? los tontos siempre parecen bastante felices.

Pues bien con catorce años descubrí que mi padre vivía, todo lo que te cuento hoy son conjeturas, tu abuelita en su dolor nunca me ha dicho la historia completa, aunque yo daría lo que fuera por saberla, es mi historia y aunque duela quiero saberla.

Tu abuelita Elsita era una chica muy guapa, tan guapa que aun con sus 40 años bien puestos enamoro a un hombre veinte años menor, mi padre debió engañarla o al menos omitir información, estaba casado y tenia hijos, creo que la quería, incluso a mi, es que el ser humano y las relaciones humanas son tan infinitamente complejas, lo creo porque yo llevo el nombre de su madre, porque me entere de que durante un tiempo me busco, solo que mi mama enojada por el engaño, nunca lo dejo acercarse a mi...

Ahora con los años soy capaz de comprender el dolor que debió sufrir, hay que mirarlo con mucha perspectiva, una mujer sola, en aquella época en que las mujeres no valían nada....tu abuelita nunca volvió a enamorarse, aquel desengaño, le rompió el corazón.

Porque te quiero y sé, que uno elige como vivir sus penas y alegrías, hacerlas pasajeras o duraderas, en la vida hay que aprender a fluir y a bailar.

Con cariño y amor eterno.


Mamá.